sábado, 29 de noviembre de 2014

Sala Samobójców

¿Suicidarme? No, claro que no. ¿Por qué querría hacer algo así? No. ¿Para qué? No solucionaría nada.

No, verás, considero que la vida es el mayor y más hermoso regalo que el universo te puede hacer. El hecho de que me haya tocado una vida defectuosa no significa que vaya a tirarla por la borda. Las cosas cuando se estropean no se tiran directamente a la basura: primero se intentan arreglar.

¿Que por qué los cortes en las muñecas? Claro, alguien como tú no lo puede entender. Bueno, en primer lugar, has de saber que si me quisiera suicidar no lo haría cortándome las venas. No, por supuesto que no. Simplemente dejaría que un bote entero de pastillas se deslizaran por mi garganta.
¿Entonces los cortes son para llamar la atención? Si fuera así no me pasaría el día intentando ocultarlos con muñequeras y pañuelos, si no que los dejaría a la vista de todos. Y si alguna vez los has visto, no ha sido más que por un descuido mío, no son más que "arañazos de gato".

Así que no te preocupes cuando veas mis muñecas sangrando o con cicatrices de cortes viejos o heridas abiertas. Preocúpate el día que veas asomar en mi mochila un bote de pastillas.





lunes, 13 de enero de 2014

Nothing last forever... not even pain?

Resulta muy curioso que lo que antes era mi propio mantra ahora se haya convertido en algo bastante cuestionable para mí. Creo que he llegado a un punto en el que ya no puedo más, que todas aquellas cosas que me ayudaban a soportarlo se han ido, que los keep moving forward van perdiendo cada vez más fuerza y los nothing last forever, not even pain tienen menos sentido...

Siempre me he esforzado en concentrarme para no permitir que todo me supere y no estallar. Me he pintado una sonrisa en la cara, pero el dolor la ha desgastado y la tinta está desapareciendo...

Cada día me mantengo firme y, mientras los demás a mi alrededor se derrumban, yo aprieto los puños y les intento convencer de que las cosas estarán bien, que nada es eterno, ni siquiera el dolor, y que hay que seguir siempre adelante. Les aporto toda la fuerza de la que soy capaz, haciendo cuanto esté en mi mano para que puedan sonreír y sentirse mejor. Pero después de tanto tiempo dando todo de mí, he terminado por quedarme yo sin fuerzas. Siento el peso de unas cadenas que me oprimen el corazón y todo el dolor y la decepción que llevaban encerrados tanto tiempo bajo llave han asomado por entre las grietas cada vez más profundas de mi ser y ahora me invaden por completo.

El dolor antiguo y el nuevo se dan la mano y adquieren poder. Ya ni siquiera las pocas cosas buenas que he conseguido arañar a lo largo de los años me ayudan a aguantar... Cuando algo te consume por completo, cuando el dolor, la impotencia y el vacío se instalan firmemente en tu interior, ni siquiera las pocas cosas buenas que consigas tener harán que nada valga la pena. Porque lo malo sigue estando ahí, no ha desaparecido y absolutamente nadie puede cambiar eso.

¿Tienes idea de lo mucho que duele darlo todo por personas que acaban por decepcionarte? ¿La de grietas que se forman con cada traición?

He agotado las fuerzas que me quedaban y, aún así, me duermo todas las noches entre lágrimas para despertarme por la mañana con una sonrisa y aguantar el tipo el resto del día.